viernes, agosto 05, 2005

Luis Manuel - 05 de Agosto de 2631



   No puedo dormir. Creía que ya lo había superado pero no dejo de darle vueltas a la cabeza. Pronto saldremos de nuevo en su busca. Casi todos mis acompañantes volverán a ser poco más que unos crios, como lo era yo cuando todo empezó. Pocas veces volvemos todos enteros.

   No puedo dormir ni dejar de pensar en ello. La cabeza me va a explotar.¿Tendremos éxito alguna vez? No me refiero a las victorias pírricas a las que estamos aconstumbrados, si no a si alguna vez ganaremos la guerra y no pequeñas batallas sin sentido.

   No puedo dormir.

jueves, agosto 04, 2005

Luis Manuel - 04 de Agosto 2631


   Ya sé que dije que esto de escribir mis pensamientos no servía para nada, pero el escribir el lunes me sirvió de desahogo y, por raro que me parezca, he estado esperando el momento de volver a escribir para liberar mis frustaciones.

   El otro día ví cómo daban clase los niños en las "escuelas" improvisadas aquí abajo en las cloacas; eso me hizo rememorarme a los tiempos en que todo se desató. Por aquella época yo todavía estaba estudiando. Pero algo hizo que volviera en mí. Estaban enseñando a los niños literatura clásica, en concreto un poema de Espronceda.

   Nunca se lo he dicho a nadie, pero cuando estamos a punto de entrar en combate, e incluso cuando estamos en mitad de la lucha, me relaja el recitar una poesía en concreto. La verdad es que sólo me sabía el principio y el estribillo, así que cuando se la oí recitar a los niños la copié en un papel y espero poder aprendérmela dentro de poco.

    Parecerá una tontería, pero estas pequeñas cosas son las que te ayudan a olvidarte de toda la mierda que nos rodea. Por si acaso pierdo el papel donde tengo apuntada la poesía completa, copiaré aquí también "La canción del pirata":

   Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

    La luna en el mar rïela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Stambul:

   «Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

   Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés,
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.

   Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

   Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

   Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.

   Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

   A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

   En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.

   Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

   ¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.

   Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.

   Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

   Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

   Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.

   Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.»

lunes, agosto 01, 2005

Luis Manuel - 01 de Agosto de 2631



   Esta es la primera vez que escribo en un diario, nunca he sido amigo de contar asuntos privados a todo el mundo. Hay gente que nada más conocerte te está contando su vida. Yo no, necesito mucha confianza para contarte mis secretos; por eso mismo se me hace muy raro contárselos a una hoja de papel.

   Dicen que esto servirá para ayudar en nuestra batalla por recuperar nuestro mundo, que si ponemos en común diferentes estrategias para luchar contra ellos nos será más fácil derrotarles. No estoy de acuerdo con eso, ha habido tantas "buenas ideas" para derrotarles todos estos años y ninguna ha servido para nada.

   Estoy perdiendo la fe y no creo que nada de esto sirva para nada.